Mi proceso

PeacehD nace motivado por mi propia experiencia, así que quiero contarte cómo viví mis años de estudiante y qué me ayudó durante el proceso.

¿Cómo fue mi etapa como
estudiante de doctorado?

En ocasiones, muy difícil.

A nivel mental, tuve muchos altibajos. Sufría ansiedad, lo que repercutió en mi doctorado en algunas ocasiones. Como consecuencia, experimenté fuerte miedo al fracaso, procrastinación, síndrome del impostor, baja autoestima y niveles de autoexigencia desorbitados. Debido a que suelo somatizar la ansiedad, tuve bastantes problemas de salud durante los primeros cursos.

Cuando mis niveles de ansiedad a nivel general, no solo en relación al doctorado, se dispararon, decidí buscar ayuda. Desde entonces, me empecé a sentir mejor en todos los ámbitos de mi vida, y encontré paz dentro del mundo del doctorado.

Las cuatro cosas que me ayudaron a mejorar

fueron 1) terapia, 2) un grupo de apoyo formado por gente que sufría ansiedad, 3) contar con familia y amigos con los que poder hablar abiertamente sobre mis problemas y 4) hacer actividades ajenas al doctorado (baile, mindfulness y, recientemente, yoga Kundalini).

A lo largo de los años, aprendí a gestionar mis problemas y me hice con las herramientas para, no sólo terminar el doctorado de la manera en la que lo había soñado, sino también para sentirme bien en general.

¿Qué
me ayudó?

El reflejo de mi
proceso en PeacehD

Ya después de haber empezado terapia,

me llevó bastante tiempo poder explicarle a mi terapeuta todas las particularidades que tiene hacer un doctorado. De hecho, no todos los terapeutas y coaches conocen el mundo de los doctorados, pero considero que si tuviesen más información sobre él, podrían ayudar a mucha gente de manera más efectiva.

Si bien mi grupo de apoyo fue crucial en los momentos duros, es cierto que poca gente podía identificarse con la problemática derivada del doctorado que yo les planteaba. Cuando, una vez, me fui a un retiro de fin de semana para gente con ansiedad y escuché a dos chicas hablar sobre el mundo del doctorado, me sentí totalmente conectada a ellas. ¿Quién podría empatizar conmigo mejor que alguien que estaba pasando por lo mismo?

Finalmente, cuando llegó el Covid, valoré aún más el hecho de estar familiarizada con las terapias online. Ahora que la pandemia nos hace pasar más tiempo de lo normal sentados en el sofá de casa, podemos acabar aislándonos más de lo debido, por lo que es recomendable encontrar formas innovadoras de conectar con gente.